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El 15 de mayo de 1886 fallecía en Massachusets una de las escritoras más destacadas de la literatura universal, Emily Dickinson. Ocurría con ella, como con tantas otras olvidadas de la Historia, que tendría que pasar mucho tiempo antes de que se reconociera su trabajo y sus escritos, y su nombre apareciera en las genealogías de la literatura moderna.

En un ejercicio de sinestesia traslada las palabras de Emily al lienzo y al trazo del dibujo, dándoles una nueva dimensión donde lo visual y lo literario van de la mano.

La artista encuentra la inspiración en los poemas de Dickinson, que acompañan a muchas de las piezas en la exposición, y las figuras resultantes son, precisamente, un tanto inquietantes, parapetadas tras una máscara que oculta rostros o manos. Son metáforas poéticas que se comprenden leyendo entre líneas, al igual que le ocurre a los poemas de la escritora americana.

Esta exposición en la Galería Gema Llamazares (Gijón) presenta una producción totalmente nueva de Sáenz, que se estrena aquí también en su primera individual en la galería de arte.

A una casa de rosa
En mi flor
No soy nadie
Sentí un funeral
Pequeñez
Pies cansados
Semillas 1
Semillas 2
Semillas 3